Crecimiento económico en el siglo XXI
El crecimiento económico depende de varios factores, entre ellos el ahorro y el cambio tecnológico
El crecimiento económico depende de varios factores, entre ellos el ahorro y el cambio tecnológico, pero es importante tener en cuenta los desafíos actuales, como la inflación global causada por la crisis de suministros, la dependencia energética y de otro tipo como lo es la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Teniendo en cuenta lo anterior, y posterior a los casi dos años de confinamiento, el consumo a nivel general ha aumentado, lo que ha sobrecalentado la economía y amenaza de a poco a su crecimiento. Según la teoría del crecimiento económico desarrollada por los economistas estadounidenses Robert Solow y Trevor Swan en 1956, el ahorro es el principal motor del crecimiento y el consumo no debe ser excesivo. Sin embargo, la inflación, que es una manifestación extrema del consumo, impide el aumento del ahorro y, por lo tanto, limita el crecimiento. Según esta teoría, las economías de los países tienden a crecer hasta un estado estacionario, pero las economías occidentales tienden a crecer de forma permanente, lo que sugiere que existen otros factores que impulsan el crecimiento económico.
La tecnología y el capital humano son fundamentales para entender el crecimiento económico. Mientras que los economistas neoclásicos se enfocaron en la relación entre la innovación técnica y el capital físico, otros economistas como Gregory Mankiw, David Romer y David N. Weil han estudiado la relación entre la innovación técnica, el capital humano y las instituciones, incluyendo a los gobiernos, en relación al crecimiento de una economía.
De otra parte, el cambio tecnológico es el resultado de la interacción entre el capital humano, la innovación, la investigación y el desarrollo. David Romer ha recomendado que el dinero público financie las instituciones educativas y la investigación y desarrollo (I+D). Según Hans-Jürgen Engelbrecht, el nivel educativo juega un papel importante en algunas etapas del desarrollo económico. Esto se observó claramente en el crecimiento económico de los “tigres asiáticos” (Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur) en los años 60 del siglo XX.
Dado lo anterior, la productividad aumenta más rápido en los países con niveles educativos medios más altos, y es así como el desarrollo del capital humano tiene un mayor impacto en el crecimiento cuando se relaciona con la difusión tecnológica en áreas como la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Por esta razón, los economistas se enfocan en los indicadores educativos para predecir el crecimiento económico.
Después de investigar el PIB per cápita de la economía estadounidense (2001), el profesor Robert J. Barro concluyó que el aumento de la calidad del capital humano tiene un impacto positivo en la tasa de crecimiento de la economía. Según su investigación, quedó claro que el capital humano también es un motor del crecimiento. No solo es importante la cantidad de educación (años de escolarización), sino también la calidad de la misma y los resultados obtenidos. En otras palabras, las políticas educativas de cada país deben estar alineadas con la estrategia de su economía.
Otros modelos de crecimiento económico también consideran factores como las políticas financieras, los recursos naturales disponibles e incluso el nivel de corrupción de una economía. Además, otros economistas han identificado el sistema de valores de una cultura o religión como una fuente de crecimiento económico, aunque es difícil de cuantificar pero puede tener un impacto significativo.
Según Mankiw, la inversión en educación y salud contribuye al crecimiento económico. Además, las transferencias de dinero (como las ayudas o subvenciones) son positivas siempre y cuando ayuden a los grupos más vulnerables. En cuanto a los impuestos, es mejor gravar el capital físico en lugar de las ganancias laborales, ya que estas últimas tienen efectos positivos en la sociedad. Los resultados de la investigación y el desarrollo de una empresa no solo benefician a la empresa o industria en cuestión, sino que también tienen efectos positivos en gran parte de la sociedad.
Finalmente, la participación del gobierno en el crecimiento económico a través de sus políticas fiscales y de gasto público también es importante, ya que una mayor inversión en infraestructuras tiene un impacto positivo en el crecimiento económico a medida que la inversión pública aumenta la productividad y, por lo tanto, la recaudación impositiva.