
¿Paro por Salud o por Política?
Mientras colapsa el sistema de salud de los maestros, FECODE convoca paro para defender una consulta sin futuro
La convocatoria al paro nacional por parte de la mayoría de FECODE en defensa de la consulta popular no solo ha generado confusión entre miles de docentes del país, sino que también revela una alarmante desconexión con las verdaderas urgencias del magisterio colombiano. Como lo ha señalado con claridad la Tribuna Magisterial de Antioquia, esta decisión está profundamente equivocada, tanto en su enfoque como en su momento.
En primer lugar, la caída de la consulta popular no representa, como se ha querido presentar, una amenaza a los derechos de los trabajadores. Al contrario, lo que realmente se ha reactivado tras su hundimiento en el Senado es la discusión de la reforma laboral, una iniciativa que ya había sido aprobada por la Cámara con el beneplácito del gobierno y de la mayoría de las centrales obreras, incluyendo la CUT y FECODE. Lo lógico, entonces, sería enfocar los esfuerzos del sindicalismo magisterial en esa discusión legislativa, y no en una consulta fallida cuyo desenlace ya estaba cantado.
La consulta popular era, desde sus inicios, inviable. Necesitaba superar un Senado adverso, obtener 13 millones de votos y regresar al mismo Senado para su ratificación. Un callejón sin salida, disfrazado de “movilización popular”. No era una herramienta de transformación, sino una maniobra política del gobierno para anticipar campaña, disfrazada de participación ciudadana. En ese escenario, utilizar a los maestros como carne de cañón para una causa ajena a sus prioridades reales es, en el mejor de los casos, una desproporción; y en el peor, una instrumentalización injustificable.
La verdadera tragedia está en otro frente: el sistema de salud del magisterio está en ruinas. Miles de docentes, jubilados y sus familias padecen la falta de medicamentos, citas y tratamientos esenciales. Y como ha denunciado el propio vicepresidente del FOMAG, Aldo Cadena, ni siquiera hay claridad sobre cuántos recursos se están ejecutando en el modelo actual. ¿Cómo justificar, en medio de esa emergencia, un paro nacional para defender un instrumento político sin viabilidad ni conexión con las necesidades del gremio?
Si FECODE quiere de verdad recuperar la confianza del magisterio, debe volver a lo esencial: la defensa de las condiciones laborales, de salud y bienestar de sus afiliados. Un paro nacional en defensa del derecho a una salud digna sería no solo justo, sino urgente. Uno que denuncie la inacción del FOMAG, la falta de transparencia en los contratos de prestación y la negligencia institucional. Ese paro contaría con la legitimidad de la base y el respaldo de la opinión pública.
Desde Evaluandote.com compartimos plenamente la postura de la Tribuna Magisterial de Antioquia: el magisterio colombiano no puede seguir siendo utilizado como plataforma de proyectos políticos circunstanciales. Nuestra lucha debe ser por derechos concretos, por condiciones dignas y por una representación sindical que esté alineada con las verdaderas necesidades de los educadores del país.
El tiempo de la lucidez política ha llegado. Y también el de la rendición de cuentas dentro del mismo sindicalismo docente.
También puede leer: Prometer sin firmar también es una forma de incumplir