Nuevo estatuto docente y Fecode
Remuneraciones más altas establecidas en el Decreto 1278 y condiciones de ascenso del Decreto 2277
Este mes de febrero de 2023 la Federación Colombiana de Educadores presentará al Ministerio de Educación Nacional su pliego de peticiones para las vigencias 2023-2025. Es un momento clave porque esta vez FECODE no es oposición al gobierno y esto se reflejará en las negociaciones.
En concordancia con lo anterior, un porcentaje pequeño del magisterio colombiano se siente intranquilo debido a que el gobierno podría aprovechar su influencia en la agremiación para lograr cosas difíciles o elegir fortalecer su influencia con concesiones que sus predecesores han evitado.
Existen dos alternativas en las negociaciones con el gobierno actual, la primera estaría enmarcada por la conveniencia para los politólogos, el ministro tecnócrata Alejandro Gaviria convence al presidente Gustavo Petro sobre la conveniencia, no solo de la responsabilidad fiscal en el sector, sino también de posturas necesarias pero impopulares en el gremio, y el caso sería estudiado académicamente sobre cómo la izquierda puede hacer ciertas reformas inesperadas. La otra alternativa estaría configurada por un ministro débil políticamente que opta por complacer al presidente de Fecode y sus bases sindicales.
Actualmente la segunda opción es la más viable que está por suceder, pero esa misma estrategia debe configurarse en el Ministerio de Hacienda, pues sin este las reformas no tendrían sustento presupuesta. Por ejemplo: se hace necesaria la reactivación de la Comisión Tripartita para discutir el Estatuto de la Profesión Docente y asegurarse de que el Congreso nombre una comisión equilibrada.
Los dos estatutos
Como es de conocimiento, existe dos estatutos, los docentes veteranos denominados 2277 y los nuevos docentes denominados 1278, así las cosas, Fecode quiere combinar lo mejor de cada uno a un costo financiero alto y un impacto negativo en la calidad de la educación. La idea es que todos se ajusten a las remuneraciones más altas establecidas en el Decreto 1278 de 2002 y a las condiciones de ascenso del Decreto 2277 de 1979, incluyendo títulos, tiempo de servicio y producción académica.
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Esta aspiración sindical es comprensible desde un punto de vista humano, pero es inconveniente para los desafíos de la educación. Por lo tanto, un ministro decidido a abordar el tema debe haber explicado al detalle a los presidentes tanto del Senado como de la Cámara de Representantes, que se necesita un buen número de congresistas para alcanzar los objetivos, y como es conocido no todos son simpatizantes de Fecode.
Ahora la discusión será entre 2 a 1, ya que en cualquier caso el Ministerio de Educación tendrá que mantener una postura responsable. El sindicato ha publicado una propuesta de proyecto de Ley (basada en una de 2013) y no se esconde en sus objetivos. Este mes, el pliego de peticiones volverá a incluir el punto sobre el estatuto y esta vez podría haber un consenso tripartito y el proyecto podría llegar al Congreso, donde no sería sorprendente si se aprueba con mayoría.
Es importante conocer la opinión del Ministerio de Educación sobre la idea de generalizar los mejores salarios y no llevar a cabo una evaluación docente efectiva, es decir, aquella que tenga en cuenta el aprendizaje de los estudiantes. La propuesta de evaluación del proyecto de ley está cuidadosamente elaborada para evitar problemas.
Para tener una idea, el Ministerio de Educación estaría en desventaja en el “organismo encargado de diseñar y elaborar los instrumentos de evaluación”. El Ministerio tendría solo un experto mientras que Fecode tendría dos, habría un representante de las universidades públicas y otro por las comunidades étnicas.
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Es necesario que el Ministerio tenga su propia propuesta de Estatuto Docente, pero esto no es culpa del gobierno actual sino un reflejo de la falta de fortaleza técnica del Ministerio.
Siguen los docentes y estudiantes colombianos a la expectativa sobre buenas decisiones del gobierno nacional, con el objetivo que exista una buena remuneración y cumplimiento en los tiempos de ascenso en el escalafón, y el crecimiento exponencial en la calidad de la educación del país.