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Ascenso y reubicación para el 75%

79,199 docentes avanzan en su carrera, pero el déficit fiscal y la transparencia generan dudas para el futuro del proceso

La reciente evaluación de ascenso o reubicación salarial docente, bajo el marco del Estatuto 1278, ha sido un éxito en términos de participación y resultados, con cifras contundentes. De los 105.388 educadores inscritos, 103.700 fueron habilitados por las Secretarías de Educación y el 25 de agosto de 2024, cuando se realizó la prueba, se presentaron 103.025 educadores.

Al final, 79.199 docentes, directivos y orientadores escolares superaron este proceso, es decir, cerca del 75 % de los participantes. Estos resultados, confirmados por la Universidad de Antioquia (UdeA), entidad encargada de aplicar la prueba, demuestran un avance histórico para el magisterio.

Este proceso, producto de un acuerdo entre el Gobierno del Cambio y FECODE, ha permitido que miles de maestros vean recompensado su esfuerzo, a pesar de que quedan aspectos sensibles por resolver, especialmente en términos fiscales y de transparencia.

De acuerdo con Martha Alfonso, miembro de la Junta Directiva de FECODE, esta evaluación ha sido diferente a las anteriores en varios aspectos clave. Por primera vez, el concurso se realizó sin una regla fiscal predefinida, lo que significa que los resultados obtenidos por los docentes no se vieron afectados por limitaciones presupuestales inmediatas. Como menciona Alfonso, “es una prueba que fue a capela”, destacando que los maestros se ganaron su reubicación o ascenso exclusivamente en función de su mérito, experiencia y autoevaluación.

La Falta de Regla Fiscal: ¿Una Decisión Positiva?

Uno de los puntos más importantes que Alfonso resalta es la ausencia de una “campana de Gauss” o curva fiscal que ajuste los resultados en función de criterios presupuestales o territoriales. Históricamente, los resultados de estos concursos solían estar vinculados a restricciones financieras. Esto, como señala Alfonso, provocaba una distribución desigual de los ascensos; por ejemplo, en Bogotá, el 37% de los docentes podían ascender, mientras que en departamentos más rezagados como Putumayo, ese porcentaje caía al 12%. En el presente concurso, esa dinámica ha desaparecido, y como resultado, muchos maestros rurales han visto sus esfuerzos recompensados de manera más equitativa.

Esta medida ha sido bien recibida por los docentes, especialmente aquellos en áreas rurales, pero plantea un desafío importante: ¿cómo garantizar los recursos para financiar estos ascensos? Según Alfonso, no hay presupuesto suficiente para cubrir los ascensos en 2024, y aunque se han asegurado las vigencias futuras, esto representa un “déficit fiscal”. De hecho, el déficit actual en el sistema educativo, que era de 4 billones de pesos, ha disminuido a 1 billón, pero la actualización salarial correspondiente a estos ascensos generará un hueco fiscal aún mayor en 2025.

La Importancia de la Transparencia y las Reclamaciones

Otro aspecto crucial que Alfonso aborda es la transparencia en el proceso de publicación de resultados y la gestión de las reclamaciones. A pesar de que el artículo 2 de la resolución que convoca la evaluación garantiza el derecho de los maestros a reclamar, la realidad es que muchas entidades territoriales no han cumplido con su responsabilidad de publicar los resultados de manera oportuna. Esto ha generado confusión y frustración entre los docentes, quienes, como menciona Alfonso, “tienen derecho a reclamar, que me den explicación y es lo mínimo, incluso porque me sirve para entender en el futuro”.

La plataforma poderevaluar.org.co ha sido fundamental en este proceso, pero su efectividad depende de la colaboración de las Secretarías de Educación en las entidades territoriales certificadas (ETC). De las 96 ETC, 30 no han publicado la lista de puntuaciones de los demás instrumentos de la evaluación, lo que genera preocupación sobre la capacidad del sistema para gestionar eficientemente las reclamaciones y garantizar la equidad en el proceso. Como resultado, los docentes que han superado la prueba podrían enfrentarse a retrasos significativos en la recepción de sus actos administrativos, lo que también pospondría el pago de sus reubicaciones o ascensos hasta 2025.

Una Mirada Hacia el Futuro

A pesar de estos retos, el acuerdo entre FECODE y el Gobierno asegura que el próximo concurso se realizará en 2025, y que los maestros que no lograron aprobar en esta ocasión tendrán otra oportunidad. Sin embargo, si bien el Gobierno se compromete a seguir apoyando la formación de los maestros, es necesario diseñar estrategias más robustas de capacitación continua para evitar que el número de docentes que no superan la prueba siga siendo elevado.

En suma, la evaluación de ascenso y reubicación de 2024 es un avance importante en la dignificación de la labor docente en Colombia. Sin embargo, los retos fiscales y de transparencia siguen siendo obstáculos importantes que deben resolverse para que este proceso sea verdaderamente equitativo y efectivo. Como lo ha mencionado Martha Alfonso, el mérito debe ser el principal criterio para el reconocimiento profesional de los maestros, pero esto debe ir acompañado de un marco fiscal sólido y de mecanismos transparentes que garanticen la justicia y equidad en cada etapa del proceso.

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¡Felicitamos a todos los compañeros y compañeras docentes que con esfuerzo y dedicación han aprobado el concurso de ascenso y reubicación! Su logro es un gran paso en la dignificación de nuestra profesión. A quienes no lo han logrado esta vez, les animamos a presentar sus reclamaciones dentro de los términos establecidos y a empezar desde ya su preparación para la próxima oportunidad. ¡El camino continúa, y con dedicación, el éxito llegará!

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